septiembre 19, 2017

Machismo Callejero “Tú me cosificas, pues yo saco el móvil y te cosifico a ti”

Marta y Sara han creado una cuenta en Instagram para denunciar el llamado ‘machismo callejero’

Sara y Marta son las impulsoras de 'Machismo Callejero' (Cedida)

Marta y Sara (prefieren mantener sus apellidos en el anonimato por motivos de seguridad) son dos chicas de 29 y 25 años que hace dos meses iniciaron un nuevo proyecto en la red social Instagram. Una página llamada ‘Machismo Callejero’ que recibe y publica denuncias de chicas que han vivido alguna situación de acoso o machismo en el metro, en la playa o en la calle. En tan solo tres meses ya han llegado a los 35.000 seguidores y su crecimiento es de unos mil seguidores diarios. Todo un éxito con un único objetivo: denunciar actitudes machistas.

Pero ¿Qué es exactamente el machismo callejero? “Yo lo entiendo como el machismo que no se ve. Hay cosas muy evidentes que vemos por la tele, por ejemplo y que identificamos claramente como machistas, pero luego esta este machismo del día a día, que pasa desapercibido y que sufrimos sin darnos cuenta. Somos nosotras las primeras que no sabemos que lo estamos sufriendo”, explica Marta. Sara puntualiza: “Es un machismo que asumes”.

La cuenta ‘Machismo Callejero’ acumula 35.000 seguidores en tres meses

Ambas se muestran prudentes a la hora de asociarlo con el acoso, pero reconocen que existe una vinculación entre ambos conceptos: “El machismo es un tipo de acoso callejero, pero hay mucho machismo que no llega a ser acoso”, dice Marta. Para Sara todo radica en un sentimiento de poder: “El machismo callejero es el acoso de parte de un hombre, que se siente en suficiente superioridad como para abordarte. Es una esta superioridad que te permite acercarte a una mujer y decirle guapa en un tono muy sexualizado, por ejemplo”.

Esta popular cuenta de Instagram nació a principio de verano por una experiencia personal que vivieron juntas: “Somos pareja, Íbamos por la calle, nos paramos en un semáforo en el centro y nos dimos un beso”, relata Marta. “Entonces, un chico nos miró, nos hizo un gesto de ‘3’ con los dedos a un metro de distancia. Le dije ‘¿Qué quieres?’ Y Me dijo, ‘los tres’ y luego ‘guapa’. Le contesté que ‘¿Guapa de qué? Me estoy besando con mi pareja’. El gesto fue muy evidente porque había una terraza muy concurrida ahí mismo y la gente paró de hablar y nos miraba. Saqué el móvil y me grabé explicando que este chico me había hecho esto. Lo subimos a nuestras redes y se viralizó”, explica Sara. “Se generó un debate tremendo sobre si era machismo, si era un piropo… Entonces decidimos que abriríamos una cuenta donde la gente podría denunciar este tipo de situaciones”. Y así nació ‘Machismo Callejero’.

Cuando los grabas, suelen parar. Pero hay que tener cuidado

La estrategia es sencilla, buscan provocar en el acosador, la misma sensación de vulnerabilidad, afirma Marta. “Era la herramienta fácil para luchar contra ello. Y cuando los grabas, sorprendentemente, suelen parar. Pero hay que tener cuidado, depende de en que sitios o a según que horas no me atrevería a hacer algo así”, añade.

La cuenta está abierta a todo el mundo. Cualquier persona puede hacer llegar su denuncia al correo electrónico que han habilitado en su perfil. Aseguran que reciben una media de diez correos diarios con imágenes o vídeos. “Nosotras lo recibimos, lo filtramos, lo pixelamos y lo publicamos”, explican y detallan que la gran mayoría de denuncias son por exhibicionismo y actitudes lascivas: “Hay mucho contenido sexual, hombres masturbándose delante de chicas”, por este motivo, filtran el material recibido, para evitar repeticiones y para, en este caso, descartarlo, ya que es un contenido prohibido por Instagram”. Pero también reciben “muchísimos correos de chicas que van en el metro y tienen delante a un hombre con una mirada acosadora asquerosa”.

Les preocupa, especialmente el gran número de ‘pantallazos’ de conversaciones de WhatsApp que reciben de chicos y chicas “muy jóvenes” y en las que se aprecia “un problema de control-posesión” en la forma en la que se relacionan. Aun así, la mayoría de acosadores oscilan “entre los 30 y los 40 años”.

Tuvieron la cuenta cerrada durante un par de semanas, para reflexionar algunas cuestiones legales y de seguridad. Aseguran que se han cuestionado en algún momento si continuar con esta vía exponiéndose a algún tipo de represalia, pero finalmente, han decidido continuar. Este parón también ha servido para asesorarse legalmente y borrar algunas publicaciones que no se ajustaban a la legalidad. Pero recuerdan “puedes grabar cualquier cosa en la vía pública y subir las imágenes, siempre que no se reconozca a nadie”. Por ello pixelan a todas las personas que aparecen antes de publicarlas”.

La voluntad con la que nació ‘Machismo Callejero’ es la de denunciar públicamente estas actitudes, “a veces el escarnio público tiene mayores efectos que las medidas legales, porque las leyes están mal planteadas”, explica Marta, que también recuerda que su objetivo es generar un debate sano a partir del que poder acercar a la gente esta problemática, no el de buscar la confrontación. En este sentido, explican que tras su primera publicación recibieron un mensaje del chico que salía en el vídeo: “El chico nos escribió e hizo algo que creo que es mucho más inteligente que el ataque directo. Nos dijo que era él el que salía en el vídeo, y que ya había tenido su merecido por parte de familiares y amigos que habían visto la publicación. Nos dijo que lo sentía mucho, que si le conociésemos sabríamos que él no era así, que estaba ebrio y que por favor si lo podíamos borrar. Y lo hicimos. Tampoco buscamos una guerra lo interesante es el debate que genera”.

Tampoco buscamos una guerra lo interesante es el debate que genera

Pero, ¿Se genera realmente un debate sano? “Hay mucho debate sano, pero también una parte que no lo es, que solo insulta. Gente muy estudiada sobre feminismo que intenta instruir y luego gente que nos llama ‘feminazis’ y cosas peores”, asegura Sara. “Pero aun así, has conseguido que ese tío se lea todos los comentarios y en algún momento se parará a pensar en ello”, apunta Marta.

“Hay gente que nos escribe privados preguntando, interesándose… Esto es lo más bonito. “Al final no puedes debatir con alguien si estas en otro nivel de conocimientos. Y mucha gente tiene ganas de aprender”, destaca, “y muchos son chicos” añade Sara, que explica que el perfil de personas que siguen esta cuenta es mayoritariamente femenino (85%) pero también hay un 15% de hombres.

La franja de edad que frecuenta la cuenta está entre 18 y 24 años, aunque Sara reconoce que le “encantaría llegar a más menores”. “Al final estamos logrando que muchas chicas también se den cuenta de están sufriendo actitudes machistas de las que no eran ni conscientes”. Un aspecto que ilusiona también a Marta: “Lo guay es empoderar a las chicas. Es lo que más me motiva. ‘Esto que te está pasando y que tú ves bien, no lo está’. Creas consciencia social”.

El machismo está repuntando en los últimos años. Solo de enero a junio de 2017 se han registrado en Catalunya más de mil delitos contra la libertad e indemnidad sexual, según datos del Ministerio de Interior. Marta habla de una encuesta que ha visto hace poco en la que “más del 60% de jóvenes de Estados Unidos decían que preferían el modelo de familia tradicional donde la mujer se queda en casa. En Estados Unidos. En 2017” y comenta que esto ocurre “porque los hombres ven que pueden perder unos privilegios que tenían asumidos. Por un lado, los hombres se siente más atacados y, por otro lado, las mujeres se sienten más fuertes”. Sara apunta el peso de las redes sociales en esta cuestión: “Es una paradoja. Con las redes se da visibilidad, pero también hay más obsesión por el control en muchas relaciones”.

Les preocupa el repunte del machismo entre los más jóvenes

¿Cómo revertir esta dinámica? “La solución llegará dentro de muchos años, con educación.”, asegura Marta, pero Sara también lo tiene muy claro: “Podemos empezar con perderle el miedo a la palabra ‘feminismo’. Se le tiene más miedo que a la palabra ‘machismo’, tiene una connotación negativa y es un problema del idioma. En inglés machismo es ‘sexism’ y feminismo ‘feminism’. Aquí el ‘feminismo-machismo’ la gente lo entiendo como contrarios, y no lo son”.

Explica que el feminismo es “la búsqueda de la liberación de la mujer que, como consecuencia, tendrá la igualdad, entre otras”. Pero Marta se lamenta de que gente con plataformas mucho más amplias y que llegan a millones de personas, acaben lanzando mensajes distintos: “Luego sale la ex de Bustamante, con muchísimos seguidores, y dice que no es ni machista, ni feminista, que solo busca la igualdad. Y tantas otras. Aunque sea que se miren la definición en la RAE, que vean que significa”, suplica.

Pero son conscientes que el rol que les ha acabado llegando, de forma natural, a través del crecimiento de su perfil en Instagram no las convierte en expertas en la materia: “Es una vergüenza que seamos nosotras las abanderadas del feminismo porque hay gente mil veces más preparada y formada, pero a veces, parece que entras en el canon de lo socialmente establecido y te escuchan más que a lo mejor otra persona”, dice Marta, pero Sara le contradice: “No creo que sea eso. Nosotros no somos muy técnicas y siempre hemos querido comunicar a las masas. Si a esta gente le das un mensaje muy enrevesado, te dejarán de escuchar a los dos segundos. Intentamos dar un mensaje sencillo que pueda llegar, aunque sea un poquito”.

La aspiración pedagógica les viene de lejos. Hace un año y medio empezaron un proyecto, también en las redes sociales, para luchar contra la homofobia y crear consciencia social. Todo empezó cuando un chico transexual de Barcelona se mató. “Nos llevó a una reflexión: nosotras, que ya hemos pasado por este proceso, que ya somos adultas, tenemos pareja, estabilidad, un trabajo… ¿Qué podemos hacer para ayudar?”, explica Marta. “Teníamos claro que la clave era la educación. Fuimos al Ayuntamiento y a la Generalitat a ofrecernos para dar charlas en centros escolares. Pero estos procesos son muy lentos y al final decidimos impulsar algo por nuestra cuenta con las herramientas que teníamos”.

Marta y Sara también tienen un proyecto de consciencia LGTBI en las redes sociales

Este proyecto cuenta ya con 73.000 seguidores, pero ‘Machismo Callejero’ apunta a superarlos de largo. En solo tres meses ya tienen 35.000. “Y eso que hemos estado dos semanas con la cuenta cerrada. Crecemos a mil seguidores por día, esto va solo”, dice Sara desbordada. Y es que la mayoría de sus publicaciones superan el centenar de comentarios, algunas llegan a los 900 “¡es una barbaridad!”, exclama.


Por Edurne Concejo
Fuente:La Vanguardia

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